Si una empresa quiere evitar conductas corruptas en su seno debe tener en cuenta tres claves. En primer lugar, la ejemplaridad, que tiene que venir de la cúpula de la compañía para poder concienciar y potenciar una cultura empresarial ética. En segundo lugar, hacer un uso eficiente de las herramientas de cumplimiento normativo, evitando que, como sucede a veces, la mayor parte de los recursos estén en la empresa matriz, en lugar de en algún otro punto geográfico donde sean más necesarios. Y, por ultimo, la prevención con una due diligence ética y de anticorrupción, adicional a las clásicas legales, financieras o reputacionales.
Éstas son las recomendaciones de Frank Holder, presidente de FTI Consulting en Iberoamérica, que acaba de publicar el libro Integridad en los Negocios, sobre la ética y la relación existente entre las prácticas de negocio y el entorno normativo.
Las medidas mencionadas son las que cataloga como suaves, las más eficaces para luchar contra comportamientos poco éticos en las empresas. Sin embargo, hay otras herramientas más duras, también efectivas, que ponen a prueba el sistema, como la auditoría interna, la figura del responsable de cumplimiento o la instauración de un canal de denuncias anónimo y sin represalias, que “aunque genera más trabajo a las empresas y a veces causa falsas alarmas, es una herramienta fundamental”. Además, ve necesario un cierto control desde instituciones del Gobierno o las cámaras de comercio sobre las medidas para poder probar su eficacia.
En cuanto a lo que ganan las compañías tomando estas precauciones, Holder lo tiene claro. En su opinión, “las empresas que tienen un comportamiento ético tienden a ser más exitosas a largo plazo, mientras que las estrategias pro corrupción o pro rompimiento de reglas tienden a ser más cortoplacistas y a meterse en problemas”. Según explica, es difícil que un directivo de una empresa que paga un soborno luego pretenda que sean honestos con él. “Pierdes autoridad moral porque, además, la corrupción en los negocios es contagiosa”. Evitar malas prácticas, apunta, “no sólo es más saludable para las empresas a largo plazo, sino que les permite actuar globalmente sin problemas”.
ESPAÑA
Este experto en leyes antifraude a nivel internacional valora positivamente las últimas reformas de España, introduciendo la responsabilidad penal de las personas jurídicas, pero insiste en que más importante que la ley es que se cumpla. En este sentido, le extraña que aún no se haya dictado ninguna sentencia que condene a una empresa penalmente en nuestro país, como preveía la ley, algo que sí se ha conseguido en otros países europeos. Por ello, entiende que, aunque la regulación es adecuada, su aplicación o ejecución no está funcionando. Destaca que últimamente se han descubierto bastantes casos de corrupción, pero cuestiona que situaciones graves desde el punto de vista ético “se hayan descubierto de forma bastante atípica, como en el caso del analista que descubrió ventas falsas en una empresa grande”, señala en alusión a Gowex. “Eso debería haber salido a la luz mucho antes por un control interno o algún ente regulatorio y no por un tercero”. Pese a todo, recomienda a las empresas extranjeras invertir en España, que cuenta con instituciones fuertes y con una Justicia “que funciona relativamente bien”.
Respecto a la salida de empresas españolas al extranjero, ve mercados muy atractivos, si bien los países que están experimentando altas tasas de crecimiento son los emergentes en los que el riesgo es elevado. Rechaza entrar en países en los que sólo se hacen negocios con corrupción. Holder, que fue asesor de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, constata la mala etapa de las empresas españolas en Argentina y critica que en ese país los locales juegan con ventaja frente a los extranjeros “y eso es una receta para el desastre”.
“ESPAÑA SALDRÁ ADELANTE”
Frank Holder considera que la crisis ha servido para concienciar sobre el problema de la corrupción, una lacra “totalmente nociva para la seguridad jurídica”, que no es nunca exclusiva de la Administración: “Siempre hay quien recibe y quien paga y no sé cuál de las dos es más ilegal; son las dos caras de la corrupción”. Respecto a España, destaca que, junto con Irlanda y Portugal, son las tres economías que más están creciendo de la UE: “El dolor sufrido por las reformas servirá para que España salga adelante”.