El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha recordado este jueves durante una intervención ante el presidente del Tribunal Constitucional (TC), Francisco Pérez de los Cobos, y cinco de sus predecesores en el cargo, que la Constitución atribuye a este órgano de la capacidad de «expulsar del ordenamiento jurídico todo precepto que contravenga o menoscabe» dicha norma, que rige la convivencia y es fruto del «consenso entre españoles de muy diferentes procedencias ideológicas».
Ruiz-Gallardón realizó estas manifestaciones durante el acto formal de imposición la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort a cinco expresidentes del Tribunal Constitucional.
La concesión de estas distinciones fue aprobada el pasado 5 de diciembre en el Consejo de Ministros y supone otorgar esta distinción a María Emilia Casas, que ha permanecido en el cargo entre 2004 y 2011 y a Manuel Jiménez de Parga, presidente del Alto Tribunal desde 2001. También han sido condecorados los anteriores ex presidentes, Pedro Cruz Villalón (1998-2001), Álvaro Rodríguez Bereijo (1995-1998) y Miguel Rodríguez-Piñero (1992-1995). El último presidente de este órgano, Pascual Sala, ya fue distinguido con esta cruz en 1996.
Parafraseando al que fuera presidente de este órgano asesinado por ETA, Francisco Tomás y Valiente, ha recordado que «todos somos Estado, todos los ciudadanos estamos dentro de él y no a su ribera». Esa interpretación, según el ministro, «nos vincula al principio de lealtad constitucional que todos debemos respetar, muy especialmente los poderes públicos que emanan de la propia Constitución».
El titular de Justicia ha recordado que «a través del tiempo, de sus diferentes composiciones y de sus sucesivos presidentes», el tribunal de garantías «ha ensanchado y fortalecido la España de las libertades». Ha recordado que gracias al Tribunal Constitucional «los derechos fundamentales se constituyen en una categoría real y efectiva, pues presta amparo y protección frente a toda acción que limite o dificulte el ejercicio de los mismos.
También ha señalado que la actividad del TC se ha consolido, y que de hecho «ahí están los más de 7.000 mil asuntos que anualmente ingresan y se resuelven, y de los cuales en torno a 250 dan origen a sentencias que se integran en ese cuerpo jurisprudencial que introduce luz y claridad en el ordenamiento jurídico, eliminando sus zonas grises y dilucidando toda posible ambigüedad o contradicción frente a la propia Constitución».
PÉREZ DE LOS COBOS.
Por su parte, Francisco Pérez de los Cobos ha recordado durante su intervención a los que fueran también expresidentes de este órgano Manuel García Pelayo, primer Presidente del Tribunal; y Francisco Tomás y Valiente, «vilmente asesinado por ETA», a los que igualmente les fue concedida en su día esta misma alta condecoración.
Para el presidente del TC «la realidad política y social es conflictiva», y el Tribunal Constitucional, que resuelve de forma jurídica, con criterios jurídico constitucionales conflictos que muy a menudo tienen contenido político, «no puede hacerse nunca la ilusión de estar situado ante la opinión pública por encima de la controversia».
A juicio de Pérez de los Cobos el Tribunal «no debe buscar el aplauso ni ha de huir de la censura, porque en una sociedad democrática y abierta siempre habrá ante cada sentencia relevante aplausos y censuras y quienes en una ocasión sean los alabados serán poco después los denigrados».
Además, ha recordado que la Constitución de 1978 (LA LEY 2500/1978) ha permitido que se haya asentado un sistema político «que ha permitido la alternancia con naturalidad y ha consentido a diferentes partidos desarrollar sus programas de gobierno», además de conformar un Estado «con un grado de descentralización política Perfectamente comparable al de los estados federales, garantizando a las nacionalidades y regiones que lo integran un nivel de autogobierno del que nunca antes habían gozado».
Pérez de los Cobos señala que «no menos trascendental, aunque menos reconocida» ha sido la aportación del alto tribunal a la construcción del estado autonómico.
«La ecuanimidad exige recordar que el Tribunal, que tiene como principal encomienda la defensa de la Constitución, ha evitado tanto los intentos de minimización como de desbordamiento del proyecto de descentralización política que la Constitución recoge, y ha visto recaer sobre sus espaldas la tarea ingente de definir un modelo que el constituyente hizo jurídica y políticamente abierto», ha manifestado el presidente del TC.
En nombre de los galardonados intervino el expresidente más antiguo, Miguel Rodríguez-Piñero, quien agradeció al ministro su iniciativa de distinguirles por su «fuerte carácter simbólico en este momento tan delicado de nuestro sistema político y constitucional».
«Esta concesión supone el reconocimiento y el recordatorio del papel que este Tribunal ha venido cumpliendo y que ha de seguir cumpliendo en la defensa de la Constitución, de la libertad, la justicia y el pluralismo político y del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones en una España unida, patria común e indivisible de todos los españoles, como proclama el artículo 2 de la Constitución (LA LEY 2500/1978)», ha recordado el presidente emérito.-Informó Europa Press.